Cuentos y verdades de rabiosa actualidad





El corazón de la casa



-Y ahora: ¡El corazón de la casa! -dice el agente inmobiliario con tono festivo y amplia sonrisa.
-¿La cocina? -pregunta la pareja de posibles compradores
-No, el cuarto de juegos. ¿No es una maravilla?

Los posibles compradores se miran indecisos pero acaban sonriendo y asintiendo, participando tímidamente en la celebración del vendedor. La visita continúa.

-Y ahora: ¡El lugar más importante! -dice de nuevo el agente.
-¿La cocina? -vuelven a preguntar los posibles compradores.
-¡No queridos clientes! ¡El cuarto de baño con jacuzzi! 

Los posibles clientes asienten mirando aquella bañera redonda en el suelo llena de botones y agujeros metálicos y encogiéndose de hombros vuelven a sonreír tímidamente. La visita continúa.

-Y ahora: ¡La habitación principal de la casa! -repite el agente intentando que en esta ocasión sus palabras suenen aún más emocionadas y alegres. La pareja de compradores se toma de la mano y se miran uno a otro nerviosos ante la posibilidad de no acertar ...
-¿La cocina? -dicen al unísono con voz tímida.
-¡No mi querida parejita! ¡Se trata del salón con chimenea!¡Y qué chimenea!

La pareja, otro hora emocionada ante la posibilidad de estar pisando el suelo de su futuro hogar, se mira con tristeza como si hubieran agotado sus comodines en un concurso de TV y ahora su felicidad pendiera de un hilo. La visita continúa.

-Y ahora ese lugar donde se guarda lo más querido, necesario y deseado ¿verdad?¿Qué sería de las familias que viven en esta maravilla de urbanización si nuestros arquitectos no hubieran mimado este detalle con tanto primor? En este punto, el agente inmobiliario da un codazo al hombre y guiña un ojo a la mujer simultáneamente. Se le nota la práctica.

La pareja se mira y sonríe, ahora sí que no hay duda: por fin van a ver la cocina. La mujer se acerca al hombre y le susurra al oído entre risitas nerviosas:
-Por fin cariño, por fin vamos a ver nuestra cocina y va a ser grande, a lo mejor no nos basta con la mesa y el banco, ya veremos. Y qué majos los arquitectos han hecho una despensa para no tener que estar todo el día yendo al super. ¿no es una casa maravillosa?

El hombre asiente y presiona con firmeza las manos de la mujer. Ambos caminan detrás del vendedor que está bajando dos pequeños tramos de escaleras de escaleras.
-Y con la despensa más abajo, para aprovechar el frío -dice el hombre- así se conservan mejor los alimentos. Está todo pensado y yo que me creía...

-¡Tachaaaannnnn!-grita el vendedor interrumpiendo los murmullos de la pareja y abriendo una puerta que da acceso a un enorme garaje de sesenta metros cuadrados- ¿No es deslumbrante? ¡Aquí caben dos coches por lo menos!

Ante la cara de desilusión de la pareja el experto vendedor se apresura a añadir:
-¡Ah!¿Que no tienen dos coches? ¡Pero no se preocupen, por favor! Si ahora con el nuevo plan renove les sale el otro por cuatro duros y además subiendo un poco el préstamo de la hipoteca ni se van a enterar. 

Letra pequeña: Esta historia se escribe hoy pero seguramente tuvo lugar hace unos cinco años, más o menos.